Las consecuencias de la crisis económica

España se encuentra en unos de los peores momentos económicos sufridos desde la instauración de la democracia, registrando las mayores índices de paro de su historia moderna

Miles de manifestantes del movimiento 15-M

15 de Marzo de 2011, supuso el nacimiento en España de un movimiento apolítico que reclama la necesidad de un cambio. Una crisis que no parece tener fin y una clase política que no encuentra medidas para solventarla, favoreció su aparición

Zapatero anuncia el adelanto de las elecciones generales

Las elecciones generales se adelantan. El próximo 20 de Noviembre, los españoles tenemos una cita con las urnas y con el futuro de España. La era Zapatero tiene fecha de caducidad

Crisis del ladrillo en España

Tras años de bonanza económica, basada en la especulación y en el desarrollo de una economía basada en la construcción, España se ahoga en una de sus peores crisis economicas

Desalojo policial de una manifestacion

Cientos de actuaciones policiales se dan en España. Cientos de heridos, decenas de detenidos... Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia... todas las grandes ciudades españolas se levantan reclamando un cambio

martes, 10 de enero de 2012

El último eslabon de la cadena

Diariamente asistimos como en las noticias aparecen informaciones sobre la bajada del precio de la vivienda, destrucción de empleo y como la deuda media española aumenta irreversiblemente. Estos datos fríos, ocultan una realidad mucho mas dramática. No es otra que la  que sufren miles de personas, que se ven obligadas a abandonar sus hogares por la imposibilidad de hacer frente al pago de aquellas hipotecas, que hasta no hace mucho, los bancos facilitaban alegremente, y ahora se encargan de ejecutar sin compasiones. Este es el drama del obrero.  Es el ultimo beneficiado de las épocas de bonanzas, y el primer perjudicado cuando la crisis acecha. Cuando vemos leemos el periódico o vemos los boletines informativos, se nos acercan los datos sobre desahucios y desalojos, y como es algo que no nos afecta personalmente, pasa sin mayor importancia.



Por edad, me pillo la época donde jóvenes con 16 o 17 años dejaban los estudios para un futuro mas prometedor como era la construccion. Si bien, como recuerdo de esa época, se decía que era un trabajo duro, pero que dicha dureza era ampliamente recompensada por un salario que hoy día suena a ciencia ficción. Conclusión  para que estudiar, si me voy a trabajar como albañil y gano lo mismo que un profesor.  Además, del añadido de que con 18 años podre comprarme mi buen coche, BMW o en su defecto Audi, y podré disfrutar como un marajá de una vida llena de desenfreno y excesos. Estudiar y llevar una vida austera donde tendré que aprenderme tochos y tochos. Nada, nada. Eso para quien le guste. Yo con mi vida de albañil y me sueldo de banquero me sobra. Esto hizo que durante los primeros años de la pasada década se registraran una de las mayores tasas de abandono estudiantil. Era una vida de vino y rosas para los jóvenes. Pleno empleo, buenos sueldos y la posibilidad de comprarme una vivienda, gracias a las facilidades de los bancos para conceder hipotecas. Pero el sueño, al igual que un amor de verano, es efímero.  Una subida cada vez mayor del precio de la vivienda, provocada por la especulación y el avaricia empresarial, hizo que la situación se desmoronara.  


Las ventas de viviendas se desmoronaron, las empresas cerraron; y los jóvenes que firmaban hipotecas y prestamos, se ven en la calle sin trabajo, sin estudios y sin la posibilidad de hacer frente al pago de todo aquello que firmo. Claro, que somos culpables, de esta situación, pero no ser causantes, sino por ser tan cándidos de creernos este paraíso que nos pintaron tan bien.  Recuerda, que mientras tu y yo miramos con miedo al fin de mes, aquel que te vendió el piso o que te ofreció la hipoteca te ve como un dato mas en un periódico o boletín de noticias.